Una piel de peluche

de Betty Árbol

Septiembre 24 - Octubre 23, 2022.


Texto de Adri Ríos

El escándalo es un síntoma social que refleja la resistencia ante un cambio cultural, permitiéndonos puntualizar dónde radican los estigmas y aquello que los detona. No es de extrañar, entonces, que el escándalo nos enseñe más de nuestra cultura que los sucesos que discurren dentro de la norma. Una piel de peluche de Betty Árbol nos incita a recordar un personaje que vino al mundo durante la nombrada “década del es- cándalo”. Un personaje popular que en los años setenta destapó prejuicios —y provocó risas— de una generación, oscilando entre el sentido del humor y la violencia. La pájara Peggy nos cuenta su historia desde la piel, y nos trae a la memoria que con la tiranía que gobernaba el país, también estaba el brote de una sociedad más abierta.

Durante el auge del cine de ficheras en México, el consumo de cultura adaptó de man- era abierta imágenes antes censuradas: escotes, lencería, encajes, plumas, y, sobre todo, piel–la amplia exposición de este órgano es quizás el mayor índice de la apertura cultural que nos contextualiza. En virtud de esto, la primera escena del programa que dio origen a la pájara Peggy, la famosa escena de baile con la vedette Gina Montes, fue el preludio de la transformación que traería a su paso La carabina de Ambrosio (1978-1987) —y fue el albor de un cambio en la cultura pop sobre la visión social de género. La autodefinición de este programa, “un show cómico-mágico- musical”, reúne en sí géneros distintos para consagrar su existencia, dejando claro no sólo la necesidad de extender nuestra dimensión lingüística, sino también la apuesta por cuestionar sus confines. Es sin embargo con la presencia de la Pájara Peggy que se evidencia dicha ruptura: con piel de peluche y un vaivén de género entre masculino y femenino se in- staura a este personaje en la memoria histórica como una figura queer.

Una piel de peluche, es un ejercicio intelectual y artístico donde Betty Árbol nos invita a una mirada hacia los pasados. Su obra titulada “Caver Peggy” (2022) nos propone imaginar el origen ancestral que antecede a las formas heteronormadas de existir. Una Peggy prehistórica, antes que el vocablo género existiese. La artista cierra la exhibición con una colección de objetos intervenidos para su incipiente marca— demostrándose la independencia de un personaje que ha sabido cuestionar las normas de género, mostrando su vulnerabilidad y ternura libremente, además, claro, de conceder el pre- histórico remedio para afrontar momentos de escándalo con el rupestre sonido de la risa.

Bienvenidxs...


ENG:

Text by Adri Ríos

Scandal is a social symptom that reflects resistance to a cultural change, allowing us to point out where stigmas lie and what triggers them. It is not surprising, then, that a scandal can teach us more about our culture than events taking place within the norm. Una piel de peluche encourages us to remember a character that came into the world during the so-called “decade of scandal” in Mexico. She was a popular character who in the seventies uncovered prejudices—and caused laughter— of a generation, with sketches oscillating between sense of humor and violence. Peggy the bird tells us her story from her skin,reminding us that within the tyranny that ruled the country, there was also the outbreak of a more open society.

During the rise of the mexican sex comedy film genre known as “ficheras” (a dancer who’d share a song for a pay) in Mexico, popular culture openly adapted previously censored images: necklines, lingerie, lace, feathers, and, above all, skin. The wide exposure of this organ is perhaps the greatest index of the cultural opening that we are using as context. The first scene of the TV show that gave rise to Peggy, is a famous dance scene with vedette Gina Montes. This was prelude to the transformation that

La carabina de Ambrosio (1978-1987) would bring in its wake — and it was the dawn of a change in pop culture about the social vision of gender. The self-definition of this program, “a comic-magical-musical show”, brings together different genres to conse- crate its existence, making clear the need to extend our linguistic dimension, and the commitment to question its confines. It is with the presence of Peggy that this rupture is further evidenced: with stuffed fur and a gender bend between masculine and feminine, this character is established in historical memory as a queer figure.

Una piel de peluche is an intellectual and artistic exercise where Betty Árbol invites us to look back at many possible pasts. Her work titled "Caver Peggy" (2022) asks us to imagine an ancestral origin that precedes the heteronormative ways of exist- ing. A prehistoric Peggy, before gender existed. The artist closes the exhibition with a collection of intervened objects for the character’s incipient brand—demonstrating the independence of a character who has known how to question gender norms, showing her vulnerability and tenderness freely, in addition, of course, to granting us the prehis- toric remedy to face difficult moments of scandal with the cave sound of laughter.

All genders welcome...